Es hora de marchar de Livingston. Como me han fallado las dos ONG´s de Honduras y tampoco estaba yo muy segura de querer ir, dado el alto índice de criminalidad que hay en el país, me apunto rápidamente al plan de viaje de Eva y Eli, las voluntarias de la biblioteca. Decidimos ir a Antigua, a mi ya me daba pena perdérmelo y ésta es una buena oportunidad para cruzar el país acompañada y desde allí ir a El Salvador. Mucho mejor que cruzar todo Honduras sola.
Nos levantamos de madrugada para poder coger el barco de las 6 am a Puerto Barrios. Habíamos pedido un taxi, pero dada la pachorra de la que os había hablado antes, éste nunca llega. Eso es lo que ocurre cuando vives en un sitio completamente "libre", al taxista no le dio la gana de aparecer y no vino... Hay que aprender a vivir con estas cosas y tomarse la vida con más calma, ¡bien por el taxista!, aunque he de confesar que en el momento nos cogimos un buen cabreo.
Finalmente, arrastrando mi maleta entre las tres llegamos a tiempo para coger la barca (gracias a la pachorra de los horarios, salimos a las 6:40 am).
EXTERIOR. BARCA DE LIVINGSTON A PUERTO BARRIOS -- AMANECER
EVA, 36, la más rápida de las tres se monta en primera fila, la barca está repleta y ella, muy viva, coge un buen sitio. ELI, 33, salta rápidamente como una gacela al único sitio libre que queda en la segunda hilera. (Las dos primeras filas son lo más parecido a ir en primera clase, porque no te mojas... tanto). VIOLETA, 35, va de un lado a otro con su pesada mochila sin saber dónde meterse. Proa arriba, proa abajo, proa arriba, proa abajo...
EXTERIOR. BARCA DE LIVINGSTON A PUERTO BARRIOS -- AMANECER
EVA, 36, la más rápida de las tres se monta en primera fila, la barca está repleta y ella, muy viva, coge un buen sitio. ELI, 33, salta rápidamente como una gacela al único sitio libre que queda en la segunda hilera. (Las dos primeras filas son lo más parecido a ir en primera clase, porque no te mojas... tanto). VIOLETA, 35, va de un lado a otro con su pesada mochila sin saber dónde meterse. Proa arriba, proa abajo, proa arriba, proa abajo...
VIOLETA
¡No hay sitio!
Finalmente EVA que parece más avispada que ella le hace un hueco. VIOLETA sonríe aliviada, coloca su mochila contenta. ¡Están en primera!
Un hombre les tiende un enorme plástico negro para taparse. Otro para tapar las maletas. VIOLETA mira aterrorizada a EVA.
EVA
(con la mayor tranquilidad del mundo)
Eso es que nos vamos a mojar.
VIOLETA salta sobre las bolsas para ayudar a tapar las maletas. Cubre lo mejor que puede su mochila de cámara.
Empieza la travesía y a llover a cántaros. Las tres no saben que hacer con el plástico. Todos los pasajeros se han sumergido ya por completo en el manto negro y maloliente (excepto la tercera clase que va de pie en popa, mojándose). Las tres hacen lo propio, se tapan.
VIOLETA junto a EVA bajo el plástico negro.
VIOLETA
Se me está mojando todo el
pantalón por detrás. Se me
va a transparentar el tanga.
Ataque de risa de EVA.
Pasan muchos, muchos minutos. EVA y VIOLETA siguen bajo el plástico medio asfixiadas.
EVA
Yo creo que ya no llueve
VIOLETA
¡Qué va, qué va!, sí que llueve.
Pasan muchos, muchos minutos... muchos...
EVA
Yo creo que voy a mirar a
ver si ha parado de llover...
EVA sale del plástico. Con estupor VIOLETA y EVA se dan cuenta de que son las únicas que iban sumergidas en el manto negro. Todos los pasajeros están sin el plástico disfrutando de las vistas de Livingston y de un sol radiante. Ataque de risa.
ELI
(sonrisa maliciosa)
Hace ya un buen rato que nos
hemos quitado los plásticos...
ELI disfrutando del bochorno de EVA y VIOLETA. Ataque de risa el resto del trayecto.
Eva y yo metidas entre plásticos.
Este es el principio de un divertido viaje. La verdad es que hacía mucho que no me reía tanto, lo necesitaba. A Eli y Eva no las conocía de casi nada, pero la verdad es que el viaje fue como si nos conociéramos de toda la vida, por lo menos esa fue mi percepción, no se qué pensarán ellas...
El viaje en autobús también fue algo movidito, a mi me tocó con una señora enooooormeee, de talla XXXXL que no era capaz de controlar sus gases, pero eso no evitó que ella durmiera tranquilamente a pierna suelta todo el trayecto. Cuando Eli me pasa unos auriculares para poder ver la película que daban en el autobús, me doy cuenta de que la pierna de la señora (tres veces la mía) cubre por completo la clavija para enchufar los auriculares. Así que me quedo las 5 horas de viaje sin peli. Otra vez ataque de risa.
Guatemala, sobretodo la parte de Verapaz es en su mayoría puerto de montaña.... Mi acompañante, con sus gases y completamente dormida, se balanceaba hacia mi en cada curva... Curva a la derecha... Violeta aplastada y expulsada hacia el pasillo del autobús... Curva a la izquierda... La señora chocándose contra la ventanilla... Curva a la derecha...
Ataque de risa...
Guatemala, sobretodo la parte de Verapaz es en su mayoría puerto de montaña.... Mi acompañante, con sus gases y completamente dormida, se balanceaba hacia mi en cada curva... Curva a la derecha... Violeta aplastada y expulsada hacia el pasillo del autobús... Curva a la izquierda... La señora chocándose contra la ventanilla... Curva a la derecha...
Ataque de risa...
Al llegar a Antigua teníamos que buscar Hostal. A mi ya me daba apuro que Eli y Eva cargaran otra vez con mis pesadas mochilas así que me hice la fortachona y cargue los 20 kilos por toda la ciudad. Suerte que practico la meditación muy a menudo pues me ayudó a superar el mal trago. ¡El Yoga hace mucho!
Fuimos a parar a Banana Azul, un hostal que nos encontramos de pura casualidad y recomendado por Payulo. Yo lo vi como agua de mayo, pero al entrar en la habitación sensación de chinches al instante, unas literas con colchones negros y sabanas que era mejor no mirar. El baño en el pasillo no era mucho mejor. Pero ahí decidimos quedarnos, no nos pudimos negar por la rebaja del precio de la habitación y una invitación a cervezas obligatoria a la que Chato, el dueño, nos había convidado.
Chato y sus amigos, qué podría contaros... unos crápulas de bajo standing que se dedican a emborracharse en el hostal. En los 15 minutos que tardamos en organizar nuestras maletas ya se habían bebido una docena de cervezas por lo menos. Un grupo de borrachuzos pero la verdad no se les veía mala gente.
Decidimos dar una vuelta por el lugar. Antigua, aunque muy bonita, es una ciudad colonial que me desilusionó un poco, simplemente por el hecho de que está plagado de turistas. Lo bueno es que puedes ir con tu cámara visible y no pasa nada, es tranquila y no existe ese temor de violencia que asoma por el resto de Guatemala. Pero como a mi me molesta un poco ir de turisteo, pues que queréis que os diga, ni fu ni fa.
Cenamos en un restaurante donde hacían unas pizzas muy buenas, algo caro el precio para lo que es Guatemala, pero hay que tener en cuenta de que aquí se te olvida lo que cuestan las cosas, los precios de restaurantes están entre los 3 y 4 euros la cena, si vas en plan barato, éste nos costó 8 euros a cada una. tres pizzas y cervezas.
El segundo día fuimos a Chichicastelango, un pueblo que está como a dos horas de Antigua. Hay diferentes compañías turísticas que te llevan. La nuestra nos vino a recoger al Hostal, a medio camino paró en un restaurante en medio de la carretera, de esos que te dan un sarpullido al verlo porque te das cuenta del timo, por eso odio ir de turista, te meten en un bus, y sin decírtelo te hacen la parada obligatoria en el restaurante convenido con tienda de souvenirs incluido. Y claro, te han venido a recoger a las 7 am y por supuesto no te ha dado tiempo ni de tomarte un café, así que picas y pagas el desayuno.
Chichicastelango es básicamente un mercadillo que ocupa casi todo el pueblo. Sus calles se llenan de puestos de todo tipo de cosas. Ahí es dónde aprendí a regatear, Eli y Eva me enseñaron tan bien que al final del día era yo la que metía la última estocada para sacar el mejor precio. La verdad es que me lo pasé muy bien, al principio tuve mis reparos en ir, me pareció caro el autobús que nos llevó y ya sabéis que lo mío no son las tiendas y menos los mercadillos para turistas. Al final, como todo TONTO turista piqué y compré. Allí donde fueres, haz lo que vieres...
Cuando volvimos a Antigua, no teníamos ninguna intención de dormir de nuevo en el Hostal Banana Azul, así que nos pusimos a deambular por la ciudad a ver qué encontrábamos. Fuimos a parar a Hostal San Carlos. Al principio tuve mis reparos, en el fondo el personaje de Chato me resultaba curioso y quería indagar algo más en su personalidad, ya sabéis como me intrigan los personajes que se salen de la norma, con solo decir que cuando regresamos a buscar nuestras maletas el tipo andaba viendo en el ordenador un capítulo de la Gallina Caponata. ¡¡A quién no le intriga un hombre así!!
Me di cuenta de que las chicas necesitaban un lugar limpio donde dormir, aunque fuera solo por una noche. Y es que ser voluntaria no es nada fácil, las camas no suelen ser más limpias que las de Banana Azul, la zona está infestada de mosquitos y algunos de ellos te pueden contagiar el Dengue, y en el baño, que está en el jardín, vive tranquilamente un alacrán llamado Paco que sale de su escondite en cuanto menos te los esperas, justo cuando estás de cuclillas con el papel de water en la mano y tratando de que ningún trocito de tu ropa toque absolutamente nada... Él sale y te saluda muy amablemente. - Buenos días....
Y tenían razón. El Hostal San carlos es totalmente recomendable si visitáis Antigua alguna vez, de hecho creo es posible que sea uno de los pocos Hostales decentes y de buen precio que hay en la ciudad. Tuvimos la suerte de que había abierto solo hacía tres días por lo que estrenamos cama, colchón y sábanas. El dueño, Carlos, de apodo Don Carlone es un chico joven con grandes aptitudes empresariales. Le doy dos años a este Hostal para que se ponga por las nubes y no podamos pagarlo.
Al día siguiente paseo por Antigua, como dije, simplemente una bonita ciudad pero a mi modo de ver no tiene mucho más... Sí nos quedamos con las ganas de visitar el Volcán, pero ya no nos daba tiempo.
Antigua se acaba y marchamos a Guatemala ciudad, pasaremos una noche allí y luego nos separaremos. Carlos nos acompaña a la estación de autobuses, resultó ser un tío de lo más majo.
Una vez en Guatemala nos instalamos en un hostal, no tan bueno como el San Carlos, pero decente. Quedamos con un amigo de la página de Couchsurfing al que contacté, una web que pone en contacto a mochileros con lugareños, entre unos y otros se ponen de acuerdo y se ofrecen alojamiento gratis o visitas por la ciudad. Estuvimos con él paseando al rededor del hotel. He de decir que no hay nada de interesante en la ciudad de Guatemala, lo único quizás la plaza de la constitución donde hay algún que otro edificio bonito pero que nada tiene que envidiar a los de Madrid o Barcelona.
Nos vamos pronto a dormir, yo me levanto a las 4:15 am para coger un taxi que me llevará a la estación de autobuses Tica Bus, una compañía que cruza toda Centroamérica. Me despido de las chicas, la verdad me da mucha pena porque me lo he pasado genial, me he reído mucho con ellas.
Ya en el taxi, de madrugada, me entran las dudas, me han asegurado de que cuando un hostal llama a un taxi, éste es seguro. Aquí en Guatemala es muy peligroso coger un taxi por la calle, la mayoría te llevan a otro lugar y te atracan. Pero la inseguridad me asalta, en el fondo es la primera vez desde que emprendí el viaje que estaré completamente sola.
Nada ocurre, el taxista resultó ser un trozo de pan y me deja sana y salva en la estación. Compro el billete rumbo a El Salvador...
Chato y sus amigos, qué podría contaros... unos crápulas de bajo standing que se dedican a emborracharse en el hostal. En los 15 minutos que tardamos en organizar nuestras maletas ya se habían bebido una docena de cervezas por lo menos. Un grupo de borrachuzos pero la verdad no se les veía mala gente.
Decidimos dar una vuelta por el lugar. Antigua, aunque muy bonita, es una ciudad colonial que me desilusionó un poco, simplemente por el hecho de que está plagado de turistas. Lo bueno es que puedes ir con tu cámara visible y no pasa nada, es tranquila y no existe ese temor de violencia que asoma por el resto de Guatemala. Pero como a mi me molesta un poco ir de turisteo, pues que queréis que os diga, ni fu ni fa.
Cenamos en un restaurante donde hacían unas pizzas muy buenas, algo caro el precio para lo que es Guatemala, pero hay que tener en cuenta de que aquí se te olvida lo que cuestan las cosas, los precios de restaurantes están entre los 3 y 4 euros la cena, si vas en plan barato, éste nos costó 8 euros a cada una. tres pizzas y cervezas.
El segundo día fuimos a Chichicastelango, un pueblo que está como a dos horas de Antigua. Hay diferentes compañías turísticas que te llevan. La nuestra nos vino a recoger al Hostal, a medio camino paró en un restaurante en medio de la carretera, de esos que te dan un sarpullido al verlo porque te das cuenta del timo, por eso odio ir de turista, te meten en un bus, y sin decírtelo te hacen la parada obligatoria en el restaurante convenido con tienda de souvenirs incluido. Y claro, te han venido a recoger a las 7 am y por supuesto no te ha dado tiempo ni de tomarte un café, así que picas y pagas el desayuno.
Chichicastelango es básicamente un mercadillo que ocupa casi todo el pueblo. Sus calles se llenan de puestos de todo tipo de cosas. Ahí es dónde aprendí a regatear, Eli y Eva me enseñaron tan bien que al final del día era yo la que metía la última estocada para sacar el mejor precio. La verdad es que me lo pasé muy bien, al principio tuve mis reparos en ir, me pareció caro el autobús que nos llevó y ya sabéis que lo mío no son las tiendas y menos los mercadillos para turistas. Al final, como todo TONTO turista piqué y compré. Allí donde fueres, haz lo que vieres...
Cuando volvimos a Antigua, no teníamos ninguna intención de dormir de nuevo en el Hostal Banana Azul, así que nos pusimos a deambular por la ciudad a ver qué encontrábamos. Fuimos a parar a Hostal San Carlos. Al principio tuve mis reparos, en el fondo el personaje de Chato me resultaba curioso y quería indagar algo más en su personalidad, ya sabéis como me intrigan los personajes que se salen de la norma, con solo decir que cuando regresamos a buscar nuestras maletas el tipo andaba viendo en el ordenador un capítulo de la Gallina Caponata. ¡¡A quién no le intriga un hombre así!!
Me di cuenta de que las chicas necesitaban un lugar limpio donde dormir, aunque fuera solo por una noche. Y es que ser voluntaria no es nada fácil, las camas no suelen ser más limpias que las de Banana Azul, la zona está infestada de mosquitos y algunos de ellos te pueden contagiar el Dengue, y en el baño, que está en el jardín, vive tranquilamente un alacrán llamado Paco que sale de su escondite en cuanto menos te los esperas, justo cuando estás de cuclillas con el papel de water en la mano y tratando de que ningún trocito de tu ropa toque absolutamente nada... Él sale y te saluda muy amablemente. - Buenos días....
Y tenían razón. El Hostal San carlos es totalmente recomendable si visitáis Antigua alguna vez, de hecho creo es posible que sea uno de los pocos Hostales decentes y de buen precio que hay en la ciudad. Tuvimos la suerte de que había abierto solo hacía tres días por lo que estrenamos cama, colchón y sábanas. El dueño, Carlos, de apodo Don Carlone es un chico joven con grandes aptitudes empresariales. Le doy dos años a este Hostal para que se ponga por las nubes y no podamos pagarlo.
Al día siguiente paseo por Antigua, como dije, simplemente una bonita ciudad pero a mi modo de ver no tiene mucho más... Sí nos quedamos con las ganas de visitar el Volcán, pero ya no nos daba tiempo.
Antigua se acaba y marchamos a Guatemala ciudad, pasaremos una noche allí y luego nos separaremos. Carlos nos acompaña a la estación de autobuses, resultó ser un tío de lo más majo.
Una vez en Guatemala nos instalamos en un hostal, no tan bueno como el San Carlos, pero decente. Quedamos con un amigo de la página de Couchsurfing al que contacté, una web que pone en contacto a mochileros con lugareños, entre unos y otros se ponen de acuerdo y se ofrecen alojamiento gratis o visitas por la ciudad. Estuvimos con él paseando al rededor del hotel. He de decir que no hay nada de interesante en la ciudad de Guatemala, lo único quizás la plaza de la constitución donde hay algún que otro edificio bonito pero que nada tiene que envidiar a los de Madrid o Barcelona.
Nos vamos pronto a dormir, yo me levanto a las 4:15 am para coger un taxi que me llevará a la estación de autobuses Tica Bus, una compañía que cruza toda Centroamérica. Me despido de las chicas, la verdad me da mucha pena porque me lo he pasado genial, me he reído mucho con ellas.
Ya en el taxi, de madrugada, me entran las dudas, me han asegurado de que cuando un hostal llama a un taxi, éste es seguro. Aquí en Guatemala es muy peligroso coger un taxi por la calle, la mayoría te llevan a otro lugar y te atracan. Pero la inseguridad me asalta, en el fondo es la primera vez desde que emprendí el viaje que estaré completamente sola.
Nada ocurre, el taxista resultó ser un trozo de pan y me deja sana y salva en la estación. Compro el billete rumbo a El Salvador...
Que buenas historias, disfruto tus aventuras a la distancia.
ResponderEliminarMiros
Gracias Miros... Un besito desde el paraíso!!
EliminarVioleta eres un crack y ha sido un placer compartir esos dias contigo!!! Repetiremos viajecito compi!!!
ResponderEliminarEva ;)
Jajaja.... sí, estoy esperando a que os apuntéis!!! :-)... habrá que organizar algo... Beso!!!
EliminarQue bonito escribes... mil gracias por los complementos y de verdad fue un placer haberlas tenido por aca.. las esperamos pronto.
ResponderEliminarGracias Carlos... los Cumplidos te los mereces :-) ánimo, seguro que el Hostal te irá muy bien.. Un saludo y hasta pronto!!
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